Odio que las dos veces que me roban me haya quedado con algo colgado perteneciente a lo que me robaron y en ambas ocaciones me senti una imbecil! Esta vez fueron los auriculares que volvieron a casa en el mas profndo silencio, aquella vez fue el candado de la bici que creo haber reboleado de la broca! Y ahora que pienso, creo que voy a empezar a odiar a la gente que anda en bici porque las dos veces que me robaron lo hicieron montados en una de ellas (cuando me robaron la bice eran dos).
Odio que toda la felicidad que tenia en el dia de ayer se fuera con ese pelotudo del orto! que cuando lo vi cruzar en diagonal cordoba en contramano desee que lo pisara el camion que le paso finito y que quedara cual munequito de plastilina contra el asfalto (obvio que con el impacto el telefono salia volando y caia en mis manos).
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