Llego como todas las mañanas a la estación La Lucila, compro boleto y justo viene el tren me subo y giro sobre mis talones y miro por la puerta. En el andén solo quedaba alguno con la lengua afuera que corrió pero no llego y una mujer, muy tranquilamente sentada en el banco de la estación, cual Penélope pero sin tejido. En su lugar tenia un espejo y una pincita de depilar (bastante grande por cierto). Espejo en mano a la altura de boca/nariz... y si gente, se estaba depilando el bozo! pelo por pelo con la pincita en el banco de la estación de tren. Yo no salía de mi asombro y mientras observaba anonadada, pensaba en una de las chicas que cada vez que cuento alguna de estas historia me dice "pero nena esas cosas solo te pasan a vos!!!"
Increíble pero real...
y si estas cosas solo te pasana vos!!!!
A VOSS!!!!!